- Llevada a cabo por el Ayuntamiento de Navarrés, dentro de las atribuciones de las Corporaciones Locales, según la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, pretende dar respuesta, al parecer, a las numerosas quejas de vecinos por la inadecuada velocidad de determinados vehículos en zona urbana.
- La Campaña afecta tanto a vecinos de Navarrés como a vecinos de localidades de La Canal, sobre todo a conductores de Quesa y Bicorp por la necesidad de Circular por su travesía.
- Tan importante realizarlas como que se informe y se sepa de su realización ya que, como bien se menciona, no son realizadas con afán recaudatorio.
El exceso de velocidad en las vías urbanas sigue siendo uno de
los temas que más preocupa, por ello, el Ayuntamiento de Navarrés, según informa en redes sociales y carteles en la travesía de su localidad, ha decidido iniciar, por la seguridad de todos los usuarios de las vías, una CAMPAÑA de Control de Velocidad, por medio de un radar móvil en las calles de su municipio, e intentar
poner freno a los excesos de velocidad que cometen muchos conductores, dando respuesta a las numerosas quejas vecinales.
Normalmente este tipo de Campañas, vienen a desarrollarse junto con la programación de las Campañas y Operaciones de Vigilancia y Control llevadas a cabo por la Dirección General de Tráfico, desarrolladas en carreteras convencionales, haciendo así el máximo esfuerzo en el control y vigilancia de la velocidad,
por cuanto ésta, tiene un impacto muy importante en el medio ambiente, el
consumo de combustible y en la calidad de vida de las zonas urbanas,
poniendo en peligro la seguridad de los peatones, ciclistas y en general la de todos los usuarios de la vías.
Conscientes de que la circulación en poblado constituye el primero de los escenarios donde el conductor inicia
la adquisición de hábitos y costumbres que, con posterioridad, se
manifiestan en carretera, los Ayuntamientos, normalmente a través de su Cuerpo
de Policía Local, realizan estas Campañas como un
importante incremento de los controles de velocidad, en este caso el inicio de los mismos, con utilización del
máximo número de medios humanos y materiales disponibles.
TRAMOS A VIGILAR
Se programan los tramos que serán objeto de la vigilancia y control priorizando aquellos tramos de vía en los que se haya constatado la existencia de accidentalidad unida a la inobservancia de los límites de velocidad. Además de los anteriores tramos también se prioriza la vigilancia de aquellas zonas propias del ámbito urbano en las que existan pasos de peatones, con especial atención a los que estén en las inmediaciones de centros educativos, mercados, hospitales, residencias de ancianos, parques, etc...
FORMA DE REALIZAR LOS CONTROLES
Al objeto de reforzar el carácter preventivo y disuasorio de los controles de velocidad y que los conductores respeten los límites de velocidad establecidos en general, y en particular en aquellos tramos identificados como potencialmente peligrosos, el equipo y, en su caso, el vehículo se ubica en un lugar de la vía visible para el resto de conductores, salvaguardando siempre la seguridad de los agentes, que en su caso pudieran estar en el propio vehículo o en sus inmediaciones. En este sentido, se refuerza lo anterior con la colocación de una señal informativa de la presencia de un control de velocidad, a través de la publicación en redes sociales y páginas web que el ayuntamiento pudiera disponer, e incluso los tramos donde se ha programado realizar la vigilancia y control, preferentemente, controles de corta duración, tratando de cubrir el mayor número de emplazamientos dentro de los previamente programados.
En zonas urbanas, especialmente en el caso de atropello, la velocidad es determinante, ya que a partir de 80 km/h es prácticamente imposible que un peatón no fallezca en un atropello; mientras que, a una velocidad de 30 kilómetros por hora, el riesgo de muerte del peatón se reduce al 10%.
En zonas urbanas, especialmente en el caso de atropello, la velocidad es determinante, ya que a partir de 80 km/h es prácticamente imposible que un peatón no fallezca en un atropello; mientras que, a una velocidad de 30 kilómetros por hora, el riesgo de muerte del peatón se reduce al 10%.