Teodoro y Mª Ángeles, promotores del camping ecológico, el miércoles
en los terrenos de su proyecto. PERALES IBORRA.
- Apuesta decidida por una zona que padece la despoblación y la falta de empleo pero que posee un potencial turístico destacado
- El complejo de la cooperativa Quesa Ecoturismo funcionará con energías renovables y un gran aljibe
En medio de un panorama
incierto plagado de amenazas para los municipios de interior en forma de
despoblación, fuga de jóvenes y envejecimiento, dos emprendedores de
Quesa se han embarcado en un innovador proyecto de ecoturismo
experiencial que pone la mirilla en el aprovechamiento sostenible de un
enclave natural tan privilegiado como poco explotado.
Teodoro
Albuixech y Mª Ángeles Gallego, de 45 y 42 años de edad, acaban de
constituir la cooperativa de trabajo asociado Quesa Ecoturismo. Desde
hoy, son los nuevos arrendatarios del hotel de montaña de titularidad
municipal La Rocha. Pero el verdadero sueño de la pareja es poner en
marcha un camping ecológico en una parcela familiar de 12.000 metros
cuadrados y tipología agraria donde esperan dar alojamiento a 80
huéspedes. La ubicación: una zona montañosa de fácil acceso, a dos
kilómetros del pueblo y 10 minutos del paraje de los Charcos, en un
entorno de una notable riqueza medioambiental.
Según
el plan trazado, la instalación funcionará con energías renovables y
quedará integrada y camuflada en el ambiente. Un enorme aljibe con
capacidad para 38.000 litros garantizará el suministro mediante la
reutilización del agua de lluvia depurada. En la extensión, ocupada por
olivos abandonados, no habrá césped: los promotores piensan plantar
árboles y especies autóctonas para evitar una ruptura con el paisaje
forestal, sobre el que pesan varios niveles de protección. También habrá
espacio para los huertos ecológicos.
Teodoro
y Ángeles, que llevan gestando el proyecto desde 2016, comparten su
pasión por los campings, la montaña y la vida rural. «No lo vemos como
un riesgo, sino como una oportunidad que está ahí y nadie aprovecha.
Queremos aportar beneficios socioeconómicos a un territorio deprimido»,
observa él. Su idea: convertir el complejo en una suerte de Centro de
Interpretación donde los usuarios aprendan en contacto con la
naturaleza. La orografía de la parcela, que se encuentra escalonada,
ofrece unas vistas excelentes y evita la sensación de encajonamiento de
otros campings. Teodoro subraya la importancia del componente didáctico y
de concienciación ambiental en su plan de negocio.
Pero
el laberinto burocrático está plagado de espinas. El miércoles, la
Conselleria de Vertebración sacó a información pública (por un periodo
de 20 días) la solicitud de Declaración de Interés Comunitario del
camping en zona no urbanizable, admitida a trámite por la administración
autonómica casi dos años después de que Teodoro y Mª Ángeles la
registraran. Otro traspiés que da una idea de la lentitud de los plazos
es que ambos han tenido que esperar 40 días para poder bautizar a su
cooperativa. «Inicialmente iba a llamarse Ecoturismo Quesa, pero como
acababa en sociedad anónima creyeron que podía confundirse con una
sociedad anónima, por lo que nos lo denegaron y hubo que volver a
presentar otra alternativa», cuentan.
A
partir de ahora, hasta nueve administraciones deben emitir su veredicto
sobre la viabilidad del proyecto con las correcciones oportunas, lo que
deja aparcada cualquier actuación de calado en un terreno
blindado por la normativa, pero carente de instrumentos que faciliten
este tipo de iniciativas. «La administración nos empuja y ayuda por un
lado y, por otro, nos pone un muro: hay muchas trabas de departamentos
independientes». Pero la ilusión y la paciencia cura la espera. Teodoro
aprovechó su condición de desempleado -ya ha agotado la prestación- para
formarse a fondo en materia de alojamientos turísticos. Ambos se han
apoyado mucho en las herramientas brindadas gracias a programas públicos
como Accetur o Innvatur Emprende, que enseñan a ser competitivos y
ganarse un sitio en el sector turístico. Mª Ángeles también ha hecho un
curso de promoción turística. La formación les hizo obtener la máxima
puntuación en la subasta del hotel, en la que competían con otra empresa
de València.
Transmisión de datos
El
arrendamiento de La Rocha, por un periodo de cinco años, da a los
promotores la ocasión de poner en práctica sus conocimientos adquiridos y
obtener una vía de ingresos para financiar su proyecto capital mientras
dura la tramitación. El hotel, inaugurado en 2015, dispone de diez
habitaciones. Este puente de Sant Josep esperan a los primeros
huéspedes. A juicio de los cooperativistas, la oferta de alojamientos de
la comarca no se ajusta a la potencialidades de un territorio con la
más rica colección de arte rupestre levantino y una biodiversidad
envidiable.
Sergio GÓMEZ. XÁTIVA.
Sergio GÓMEZ. XÁTIVA.