- Tercer aniversario
- En los tres años de funcionamiento se han realizado 3.821 horas de vuelo de vigilancia, se han controlado más de 75.000 vehículos y se ha denunciado a 18.274 conductores
- La velocidad máxima a la que fue interceptado un conductor en una carretera limitada a 90 km/h fue de 199 km/h y de 242 km/h en una carretera cuyo límite era de 120
- Los ocho Pegasus sobrevolarán las carreteras durante Semana Santa para vigilar el cumplimiento de los límites de velocidad y otras posible infracciones
Tres años han pasado desde la puesta en funcionamiento del primer radar Pegasus en uno de los helicópteros de la DGT, un mecanismo y software incluido en la cámara de vigilancia que llevan los helicópteros y que es capaz de controlar la velocidad de los vehículos y detectar infracciones desde el aire.
Desde entonces,
Tráfico ha equipado ocho de los doce helicópteros de los que dispone
con este tipo de radares, de modo que la vigilancia sobre la totalidad
de las carreteras de su competencia, en especial las vías
convencionales, queda completa.
Cada uno de los siete centros de
Gestión de Tráfico (A Coruña, Madrid, Málaga, Sevilla, Valencia,
Valladolid y Zaragoza) cuentan con un helicóptero equipado con el radar
Pegasus que realiza misiones de vigilancia sobrevolando otras
carreteras de sus áreas de influencia.
En estos tres años de
vida de Pegasus se han realizado 3.821 horas de vuelo en misiones de
vigilancia, se han controlado 76.417 vehículos y se han emitido 18.274
denuncias.
En vías limitadas a 120 km/h, la velocidad media a la
que circulaban los conductores denunciados era de más de 28 km por
encima a la estipulada en la vía. La velocidad máxima detectada y
denunciada en este tipo de vías fue de 242 km/h.
En vías
limitadas a 100 km/h, la velocidad media de los conductores denunciados
fue de 130 km/h y la velocidad máxima detectada y denunciada fue de 195
km/h.
Por último, en las vías limitadas a 90 km/h, la
velocidad media a la que circulaban los conductores denunciados era de
122,7 km/h, es decir, 33 km por encima de la velocidad estipulada en la
vía. En estas carreteras limitadas a 90 km/h, la velocidad máxima a la
que fue interceptado un conductor fue de 199 km/h.
Los radares
Pegasus constan de dos cámaras, una panorámica que facilita el
seguimiento y captación de la velocidad y otra de detalle que tiene un
objetivo que permite leer la matrícula del vehículo llegando incluso a
poder detectar velocidades de hasta 360 km/h.
Este tipo de
sistema resulta operativo incluso desde a 300 metros de altura y a una
distancia en línea recta con el vehículo controlado de un kilómetro tal y
como se pueden comprobar en las imágenes que periódicamente facilitamos
a los medios.
Con respecto a un radar fijo, con el que se
controla solo un punto concreto de la carretera, este sistema aporta la
facilidad para vigilar cientos de kilómetros en un vuelo de apenas dos
horas de duración.
Desde el aire, con una mejor visión, se puede
ser mucho más selectivo en el control de vehículos que circulen con
exceso de velocidad o conductas temerarias, además este sistema permite
controlar un vehículo cada tres minutos de vuelo, por lo que la
posibilidad preventiva y disuasoria que aporta este sistema es
incomparable.
Tal y como establece la Ley, todos los Pegasus han
sido verificados y homologados por el Centro Español de Metrología,
organismo dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.
Además de la velocidad, estos radares pueden captar otras infracciones desde el aire tales como mantenimiento de la distancia de seguridad entre vehículos, distracciones, uso manual del teléfono móvil, uso de elementos de seguridad como el cinturón o el casco y maniobras peligrosas o antirreglamentarias.
VELOCIDAD Y SINIESTRALIDAD
La Dirección General de Movilidad y Transporte de la Comisión Europea
manifiesta que la velocidad es un factor determinante en el 30% de los
accidentes mortales y que el exceso de la misma aumenta tanto el riesgo
de sufrir accidentes como la probabilidad de sufrir lesiones de carácter
grave e incluso morir.
A pesar de esta evidencia científica,
los límites de velocidad establecidos para los distintos vehículos y
vías siguen sin respetarse por la totalidad de los conductores, en
especial por los conductores españoles, que según el informe SARTRE 3,
superan la media europea de conductores que afirman circular por encima
de los límites de velocidad establecidos en los distintos tipos de
vías: 37% de los españoles afirma superar los límites en autopistas o
autovías; el 34% en carreteras convencionales y el 11% en zona urbana.